miércoles, 2 de marzo de 2016

El Control Social


EL CONTROL SOCIAL Y SUS TEORÍAS:

   Según Maté, M. (2010), el control social es el conjunto de medios utilizados para mantener las normas impuestas por la sociedad y los mecanismos por los cuales los individuos las mantienen.
  Cuando más efectiva es la socialización menor es la necesidad de control. Gracias al proceso de socialización, el individuo asimila y hace suya una cultura, se conforma a las expectativas sociales y las interioriza, aunque no siempre el proceso de socialización alcanza un éxito total y, por ello, todo sistema social cuenta con mecanismos de control. Mecanismos que son múltiples en toda sociedad. A menudo se asocia el control social con agencias formales de control, es decir, al control llevado a cabo por instituciones formales, con procedimientos reguladores y sanciones previamente establecidas (ej.: los tribunales). Pero, los controles formales no son sólo negativos, también existen controles formales positivos (ej.: medalla, reconocimiento).

                                                                  
                                                  Fuente: Iskacon Noticias (2014).
                                                                 
      Sin duda, los controles formales desempeñan un papel decisivo en el mantenimiento del orden social en sociedades desarrolladas, heterogéneas y conflictivas. La posibilidad de uso de la fuerza, en forma de leyes y castigos formales, significa un instrumento eficaz para el logro de la conformidad, aunque el uso de la fuerza sólo es efectivo cuando se justifica con valores aceptados por el grupo. Por otro, la fuerza para lograr obediencia no puede emplearse con frecuencia. Ante la desviación, toda sociedad cuenta como argumento último la fuerza, pero la necesidad de hacer uso de ella permanentemente.
       Además de los controles formales, todo grupo cuenta con una densa red de controles informales que también, pueden ser positivos y negativos. No cuentan con una regulación preestablecida y pública de las sanciones a aplicar, ni tampoco unos individuos en concreto para llevarlas a la práctica. Es cualquier miembro del grupo quien puede reaccionar positiva o negativamente de manera informal, espontánea y sin planificación ante acciones de los demás. La murmuración, el ridículo, la crítica, la risa,... constituyen poderosos instrumentos de control social informales, que se suelen aparecer al violar las normas del grupo.
       seguidamente se incluye un vídeo descargado de youtube que aclara de una forma mas a fondo acerca del tema que nos atañe en este momento 



                                           Fuente:  Youtube.                                           



                                                             Referencias. 



martes, 1 de marzo de 2016


En relación a la Teoría del arraigo social,  Según Chaparro. K (2011), consiste en distinguir entre el control ejercido desde fuentes externas al individuo y el control ejercido por el propio individuo.  Denominando al primero control social y al segundo autocontrol.
Para explicar la conducta conforme a las normas sociales o conformidad, se hace un especial hincapié en cuatro variables de control, representadas cada una de ellas por un fuerte vínculo social:

1.    Afecto o Apego: es un vínculo de carácter afectivo, desarrollado mediante una Interacción (o relación) íntima y continuada. Esta conexión pondrá en evidencia, según sea el cariño de los padres hacia los hijos, la medida en que los padres o profesores supervisan su comportamiento, y se comunican con ellos, el grado en que los adolescentes se sientan comprendidos, perfectamente bien ubicados en el colegio, y se mostrarán respetuosos respecto de las opiniones de sus padres y profesores. El ambiente familiar, y en concreto los padres, serian la principal fuente de apego, dado que una de sus funciones sociales es la de proporcionar a los hijos modelos adecuados  de rol y la de enseñarles conductas aceptables sancionando, además, las no deseables.

2.     Compromiso: referido a los vínculos afectivos a las aspiraciones y las metas socialmente deseables. La escuela, y el logro escolar, jugaran aquí un papel fundamental, dado que actúan proporcionando al sujeto metas definidas como adecuadas y dotándolo, además, de mecanismos legales para alcanzarlas. Para este autor es el “componente racional de la conformidad”, entendido como la manera racional de calcular el potencial de ganancias y pérdidas que los individuos contemplan al realizar una conducta desviada, tienen que considerar los costes de su comportamiento desviado, el riesgo que corren de perder la inversión realizada mediante su comportamiento convencional”.

3.     Participación o involucración: es un concepto muy relacionado con el anterior, que alude a la participación en actividades convencionales, actividades encaminadas a conseguir prestigio social y objetivos de estatus, y que generalmente, se realizan en compañía de los iguales.

4.    Creencia: representa un vínculo de carácter ideológico, que no equivale a profundas convicciones morales, sino que sugiere más bien el sentimiento de que ciertos valores y normas cuentan con el respaldo de aprobación social. Opina que las creencias personales no son interiorizadas profundamente, sino que están necesitadas de un refuerzo social constante. Nos abstenemos de delinquir por respeto a la Ley o porque sabemos que ese acto está mal.

     
Fuente: Revista de derecho (Valdivia).


Referencias 

Chaparro, K (2011). Arraigo social, recuperado de https://www.clubensayos.com/Psicolog%C3%ADa/Arraigo-Social/792549.html.

lunes, 29 de febrero de 2016


 Dándole continuación a las teorías de las cuales venimos desarrollando con relación a este tema tenemos                                                         

TEORÍAS DEL CONTROL: Bajo esta denominación se agrupan una serie de modelos teóricos que explican el problema de la desviación criminal. Diciéndolo en otros términos: si todo individuo cuenta con el potencial necesario para violar las leyes y la sociedad le ofrece numerosas oportunidades para hacerlo, ¿por qué pues, muchos de ellos las obedecen? Para la teoría criminológica clásica, la respuesta se encuentra en el miedo al castigo. Por el contrario, los teóricos del control, acudiendo a un análisis sociológico, estiman que no es el miedo al castigo el factor fundamental en el momento de explicar el comportamiento del infractor ante una conducta prohibida, sino otros muchos vínculos de aquél con el orden social.
El individuo evita el delito “aseguran” porque es el primero en estar interesado en mantener un comportamiento conforme a las pautas y expectativas de la sociedad; porque tiene una razón actual, efectiva y lógica para obedecer las leyes de ésta: la comisión del delito le depararía más inconvenientes que ventajas. A diferencia de las teorías socioculturales, las del control social no circunscriben su examen al análisis de la conducta desviada de las bajas clases sociales, pues sus categorías fundamentales (debilitamiento o ausencia de los vínculos primarios que unen al individuo con la sociedad, fracaso de los grupos primarios, déficit en el proceso de internacionalización de las normas sociales, concepto negativo de uno mismo etc.) permiten un diagnóstico del comportamiento criminal válido para todos los estratos sociales. Entre las teorías del control, cabe destacar las formulaciones de Hirschi, Briar y Piliavin, Reckless, Reiss y Glaser.
 TEORÍA DEL ARRAIGO SOCIAL. Para la teoría del arraigo social, de Hirschi, todo individuo es un infractor potencial y sólo el miedo al daño irreparable que pudiera ocasionarle el delito en sus relaciones interpersonales (padres, amigos, vecinos, etc.) e institucionales (escuela, trabajo, etc.) le frena. La causa de la criminalidad, en consecuencia, no es otra que el debilitamiento en el joven de esos lazos o vínculos que le unen con la sociedad. Cuando el individuo carece del necesario arraigo social o del interés y sensibilidad hacia los demás, carece, también, del indispensable control disuasorio, encontrando expedito el camino del crimen, lo que puede suceder con independencia del estrato social al que pertenezca. Dicho arraigo o vinculación del individuo a la sociedad, depende, según Hirschi, de cuatro factores: el apego y consideración hacia las personas (especialmente hacia aquéllas que integran los grupos primarios); el grado de identificación y compromiso con los valores convencionales; la mayor o menor participación en actividades sociales; las propias creencias del individuo, pues el desarraigo, la experiencia de vivir en soledad Lic. Héctor Eduardo Berducido Mendoza. Universidad Mesoamericana y el vacío moral impiden el desarrollo de valores que actúan como freno decisivo de la conducta desviada.
TEORÍA DE LA CONFORMIDAD DIFERENCIAL: A juicio de Briar y Piliavin, existe un grado variable de compromiso y aceptación de los valores convencionales que se extiende desde el mero miedo al castigo hasta la representación de las consecuencias del delito en la propia imagen, en las relaciones interpersonales que se aprecian, en el estatus y actividades presentes y futuras. Lo que significa que, en situaciones equiparables, una persona con elevado grado de compromiso o conformidad hacia aquellos valores convencionales es menos probable que se involucre en comportamientos delictivos que otra con inferior nivel de conformidad. Y a la inversa.
 TEORÍA DE LA CONTENCIÓN: Para ésta teoría, propugnada por Reckless, la sociedad produce una serie de estímulos, de presiones, que impelen al individuo hacia la conducta desviada. Pero dichos impulsos son contrarrestados por ciertos mecanismos, internos o externos, de contención que le aíslan positivamente. Existen, según Reckless, una serie de impulsos internos, y de presiones e influencias externas, que actúan respecto al individuo como mecanismos de presión criminógena. Pero el individuo, según el autor, cuenta también con otros dispositivos internos y externos de contención: mecanismo interno, como la solidez de la personalidad individual, un buen auto concepto, “ego” acusado, alto grado de tolerancia a la frustración, metas y proyectos bien definidos, etc.; Y externos, procedentes de la coacción normativa que ejerce la sociedad y los diversos grupos sociales para controlar a sus miembros, promoviendo el indispensable sentimiento de pertenencia a la comunidad; y otros vínculos o mecanismos de contención del crimen especialmente importantes: consistente código moral, refuerzo de los valores, normas y objetivos convencionales, supervisión efectiva y disciplina, roles sociales plenos de sentido, etc. El comportamiento criminal se produce, a juicio de Reckless, cuando fallan, por debilidad o inexistencia, dichos mecanismos internos o externos de contención, que aíslan al individuo de las fuerzas criminógenas y permiten que neutralice las presiones, impulsos, o influencias criminógenas.
TEORÍA DEL CONTROL INTERNO. Ésta teoría se mantiene por Reiss, y tiene inequívocas conexiones con el Psicoanálisis y la cibernética. Para el autor, la delincuencia es el resultado de una Lic. Héctor Eduardo Berducido Mendoza. Universidad Mesoamericana relativa falta de normas y reglas internalizadas, de un desmoronamiento de controles erigidos con anterioridad y/o de un conflicto entre reglas y técnicas sociales. La desviación social se entiende como la consecuencia funcional de controles personales y sociales débiles 8fundamentalmente por el fracaso de los grupos primarios)
            TEORÍA DE LA ANTICIPACIÓN DIFERENCIAL. Según Glaser, la decisión de cometer o no cometer un delito se halla determinada por las consecuencias que el autor anticipa, por las expectativas que se derivan de su ejecución o no-ejecución. El individuo se inclinaría por el comportamiento criminal si de su comisión se derivan más ventajas que desventajas, considerando sus vínculos con el orden social, relacionen con otras personas y experiencias precedentes. Ahora bien, tales expectativas, a su vez, dependerían del mayor o menor contacto de cada individuo con los modelos delictivos, esto es, del aprendizaje o asociación diferencial. Las diversas teorías del control explican por qué el individuo se abstiene de cometer el delito, qué vínculos sociales o qué mecanismos le aíslan y protegen positivamente frente al comportamiento criminal; no explican, sin embargo, con la misma convicción el hecho positivo, esto es, por qué entonces hay personas que delinquen. Dejan, además, numerosas cuestiones sin respuesta. En efecto, la doctrina se pregunta si existen o no, y en su caso cuáles, las relaciones funcionales entre la medida del control social exterior e interior; Por qué de dos personas de una misma familia, crecidas en un mismo ambiente y con idéntica educación, una se inclina por el crimen mientras otra lo hace por la conducta conforme a derecho; por qué una de ellas desarrolla un concepto de sí misma relativamente favorable, mientras la otra adquiere un auto concepto desfavorable; por qué jóvenes sin apego a los valores convencionales se abstienen, sin embargo, de delinquir, o, por qué delinquen jóvenes con muy considerable grado de compromiso e identificación con los de dicho orden social. La teoría del control social no parece haber clarificado, en definitiva, cómo surgen o cómo se fortalecen o debilitan esos mecanismos de adhesión y compromiso con aquél; y qué es lo que determina el concepto de uno mismo.
 TEORÍAS DEL ETIQUETAMIENTO (Labelling approach) Hacia los años setenta cobra gran vigor una explicación interaccionista del hecho delictivo, que parte de los conceptos de conducta desviada y reacción social. Genuinamente norteamericana, surge con la modesta pretensión de aportar una explicación científica a los procesos de criminalización, a las carreras criminales y a la llamada desviación secundaria, adquiriendo, sin embargo, con el tiempo, el rango de un modelo teórico explicativo más del comportamiento criminal. Lic. Héctor Eduardo Berducido Mendoza. Universidad Mesoamericana Según esta perspectiva interaccionista, no puede comprenderse el crimen prescindiendo de la propia reacción social, del proceso social de definición o selección de ciertas personas y conductas etiquetadas como criminales. Delito y reacción social son términos interdependientes, recíprocos, inseparables. La desviación no es una cualidad intrínseca de la conducta, sino una cualidad atribuida a la misma a través de complejos procesos de interacción social, procesos altamente selectivos y discriminatorios. El “Labelling Approach”, o bien el etiquetamiento, en consecuencia, supera el paradigma etiológico tradicional, problematizando la propia definición de la criminalidad. Esta –se dice- no es como un trozo de hierro, como un objeto físico, sino el resultado de un proceso social de interacción (definición y selección): existe sólo en los presupuestos normativos y valorativos, siempre circunstanciales, de los miembros de una sociedad. No le interesan las causas de la desviación primaria, sino los procesos de criminalización y mantiene que, es el control social el que crea la criminalidad. Por ello, el interés de la investigación se desplaza desde el desviado y su medio hacia aquellos que le definen como desviado, analizándoles fundamentalmente los mecanismos y funcionamiento del control social o la génesis de la norma y no los déficit y carencias del individuo. Este no es sino la víctima de los procesos de definición y selección, de acuerdo con los postulados del denominado paradigma de control.

                                            Fuente : es.slideshare.net .

Berducio. H (2008).  Teorías del control recuperado de https://hectorberducido.files.wordpress.com/2008/05/teorias-del-control.pdf